1. Nunca utilice la comida para tranquilizar, premiar o castigar al niño. Lo único que coneguirá es que se le atribuya un valor emocional que pueda ser el inicio de una respuesta inadecuada a los alimentos.
2. Si a su hijo no le gusta un tipo de alimento, ensaye con un equivalente nutricional: cambie las verduras por frutas, la carne por pescado, pollo, queso o leguminosas como alubia, lenteja o soja.
3. El apetito de los niños es variable, hay días en los que comen muy bien y otros en los que escasamente lo hacen. Un niño sano come cuando tiene hambre, no lo obligue a comer por la fuerza.
4. Limite la cantidad de alimentos de poco valor nutritivo como gaseosas, dulces y otras golosinas. Estos productos se pueden consumir con moderación y en ocasiones especiales.
5. De un buen ejemplo. Si usted es desordenado para comer y escoge mal sus alimentos, seguramente su hijo le imitará.
6. Invite a su hijo a preparar los alimentos, se sentirá más motivado a consumirlos.
7. Establezca rutinas agradables para las horas de la comida, procure comer en familia.
8. Enséñele a su hijo a elegir tres tipos de alimentos diferentes en cada comida aunque la combinación parezca extraña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario