Así lo han explicado en rueda de prensa el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, la jefa de servicio de Planificación y ordenación de servicios sanitarios del Departamento, Marisol Corbacho, y el jefe de sección de Ecografía, diagnóstico y tratamiento fetal del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Rafael González de Agüero.
El test fetal no invasivo consiste en una extracción de sangre a la mujer embarazada y está basado en la secuenciación del ADN de origen fetal presente en la sangre materna. Es decir, que es capaz de identificar o excluir la mayor parte de las anomalías en el número de cromosomas que se detectan en el primer trimestre del embarazo.
De este modo, entre la semana 11 y 14 se realiza a las embarazadas el cribado combinado de primer trimestre (CCPT) para la estimación de riesgos de anomalías cromosómicas. Esta prueba consiste en una extracción de sangre materna y una ecografía y sus resultados se valoran conjuntamente con la edad materna.
Para las mujeres embarazadas en las que el cribado combinado arroje un riesgo bajo, el control seguirá con la ecografía de la semana 20. Cuando el riesgo sea calificado de intermedio y la ecografía sea normal se le ofrecerá el test fetal no invasivo. Y cuando el resultado de esta prueba arroje un riesgo alto se ofrecerá a la embarazada la posibilidad de realizar una técnica invasiva –biopsia corial o amniocentesis- para confirmar el diagnóstico.
El nuevo protocolo que aplicarán los hospitales públicos de Aragón elimina la edad materna como indicación exclusiva de técnica invasiva (biopsia corial o amniocentesis) y aporta un punto de corte de riesgo para recomendar el TFNI más amplio que el que había hasta ahora para las técnicas invasivas, con lo cual aumenta hasta el 95% el porcentaje de casos que pueden ser detectados con una prueba que será recomendada aproximadamente al 11% de las embarazadas.
La nueva estrategia con la inclusión del test fetal no invasivo tiene como consecuencia directa una disminución en las indicaciones de técnicas invasivas con la consiguiente disminución del riesgo de complicaciones o pérdidas fetales. Los especialistas calculan que, con los nuevos procedimientos, la realización de amniocentesis ha bajado al 4% de las embarazadas.
Fuente: Heraldo de Aragón
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